Mucho hemos oído hablar de la importancia del colágeno; pero sabemos en realidad la importancia que este tiene para la salud de nuestra piel. Empecemos por estudiar un poco sobre que es el colágeno y su importancia.
El colágeno es una proteína cuya función es mantener unidas las diferentes estructuras del organismo. Es la molécula proteica más abundante en los vertebrados y se calcula que una de cada cuatro proteínas del cuerpo es colágeno (aproximadamente el 7 por ciento de la masa corporal de un ser humano).
El colágeno se encarga de unir los tejidos conectivos (músculos, tendones, ligamentos, piel, huesos, cartílagos, tejido
hematológico y adiposo y órganos). De esta manera, actuaría como un
elemento de sostén que permite mantener unido el conjunto del cuerpo. Su
función consiste en la formación de las fibras a partir de las cuales se crean
las estructuras del organismo; por lo tanto, es el responsable del grado de
firmeza y elasticidad de estas estructuras y tiene un papel esencial en su
hidratación.
La fibra de colágeno tiene la capacidad de mezclarse con muchos tipos de sustancias y minerales: en el caso de los huesos, la combinación del colágeno con cristales de calcio permite la formación de una estructura dura y rígida; en la piel, se mezcla con la elastina y la estructura resultante tiene forma de red.
En el caso de los cartílagos, se combina también con elastina y con otro tipo de sustancias y forma un gel que absorbe los impactos producidos por los movimientos de las articulaciones. Esto ocurre con todas las estructuras y tejidos del cuerpo.
A medida que pasan los años y el cuerpo envejece, la producción de colágeno se va reduciendo gradualmente. Se calcula que a los 40 años el organismo produce la mitad de colágeno que en la adolescencia.
Esta reducción en los niveles de producción provoca, entre otras cosas, la pérdida de elasticidad y flexibilidad de la piel, dolores en las articulaciones y músculos, osteoporosis, deterioro en la vista, deficiencias circulatorias, molestias en dientes y encías, etcétera; es decir, el deterioro propio de la vejez.
Para mantener un buen colágeno existen diversos tipos de alimentos que contienen colágeno y así podemos presumir una piel, tersa y suave debido a que nos encontramos ante una proteína que aporta flexibilidad y elasticidad al cutis, entre ellos podemos encontrar:
Naranjas, Limones, Kiwis, Fresas Y Pimientos:
Las naranjas, los limones, los kiwis, las fresas y los pimientos tienen algo muy importante en común: son ricos en vitamina C, una sustancia que estimula la producción de colágeno y que deberá estar muy presente en tu alimentación.
Carne De Pollo, Cerdo, Buey Y Ternera:
Las carnes también son magníficas para aportar colágeno a la piel de una forma natural, en especial las manitas de cerdo, los callos y las carnes de pollo y buey.
Recuerda que será importante que las consumas a la plancha siempre que sea posible y que prescindas de los rebozados si deseas cuidar la salud y mantenerte en el peso ideal.
Gelatinas:
La gelatina puede convertirse en un postre ideal si tenemos en cuenta que es muy baja en calorías, que mejora el tránsito intestinal, que cuida los huesos y que es rica en grenetina.
Gracias a esta última sustancia la gelatina se convierte en un ingrediente
perfecto para aportar colágeno al organismo y cuidar los músculos, el cabello y
la piel.
Leche, Yogures Y Queso:
Los productos lácteos tales como los yogures, la leche y los quesos
contienen elevadas dosis de proteínas, las cuales se encargan de fomentar la
producción de colágeno.
Brócoli, Espinaca, Acelga, Col, Coliflor Y Berenjena:
Las verduras como el brócoli, la col, la espinaca, la coliflor, la berenjena y la acelga son magníficas para activar la producción de colágeno en el cuerpo debido, principalmente, a sus elevadas dosis de vitaminas C y K y a su riqueza en antioxidantes.
Puedes consumirlas hervidas, en ensaladas e, incluso, en forma de batidos
verdes.