Si tienes dudas sobre cuándo ha llegado la hora de quitarle definitivamente el pañal a tu nene, te interesa seguir leyendo este pequeño manual para padres sobre el cuándo, cómo y por qué hacerlo.
¿Cuándo puede controlar el niño los Esfínteres?
La vejiga es elástica, lo que permite que se almacene en ella la orina sin que aumente excesivamente la presión en su interior. El sistema nervioso autónomo (SNA) y el sistema nervioso central (SNC) controlan la actividad de la vejiga.
En los niños pequeños la micción es un reflejo innato que se inicia cuando la vejiga se relaja para expulsar su contenido. El control voluntario de la micción se va desarrollando, por lo general, entre los 18 meses y los 3 años, y se alcanza cuando el niño es capaz de contraer voluntariamente el esfínter externo de la uretra. El tiempo que necesita cada niño para adquirir esa capacidad de control varía, y está asociado a ciertos factores:
- Factores biológicos: los órganos y vías nerviosas implicados en la función de la micción deben estar sanos y maduros. Además, existe una predisposición genética que repercute en la edad a la que se logra la capacidad de controlar el esfínter urinario. De hecho, el 75% de los niños que padecen enuresis (micción involuntaria a una edad en que ya no se considera normal), tienen algún familiar cercano que también padeció este trastorno durante la infancia.
- Factores psicosociales: estos influyen directamente sobre el aprendizaje. Intentar que el niño controle sus esfínteres a edades muy tempranas puede provocar en él una reacción contraria a la deseada, y generar un rechazo hacia el control voluntario de la micción, que alargue el proceso. Los refuerzos positivos facilitan la adquisición de esta habilidad, mientras que los negativos (regañarle, ridiculizarle, ponerle metas por encima de sus posibilidades) la dificultan. Las situaciones estresantes y los cambios que se produzcan durante el periodo de aprendizaje (comienzo de la guardería, traslado de domicilio, nacimiento de un hermano, separación de los padres), influyen negativamente e, incluso, pueden ocasionar una regresión.
Ante todo, los padres deben tener mucha paciencia y respetar el ritmo del niño. Quitar el pañal no debe suponer una imposición con una fecha límite establecida, sino un paso más en el desarrollo del niño. Para reforzar el aprendizaje de dejar de usarlo y utilizar el baño sólitos, es importante elogiar su esfuerzo y los logros conseguidos, y no regañarle si no avanza con la rapidez que desearían los padres o si se produce un estancamiento o regresión.
Aquí algunos tips para quitar el pañal:
- Los niños aprenden imitando a los mayores. Pueden acompañar al baño a los padres o hermanos mayores, y que estos les expliquen qué están haciendo, cómo se limpian, cómo tiran de la cadena, y que al terminar hay que lavarse siempre las manos.
- Cuando se les cambia el pañal, es bueno enseñárselo y explicarles si han hecho pis o caca para que aprendan a identificarlos.
- Al cambiar el pañal sucio también es aconsejable dejarlo caer en el orinal delante del niño, para que este empiece a asociar el pis o la caca con el recipiente.
- Enseñarle a reconocer las sensaciones que se producen después de hacer pis (estar mojado) o caca (estar sucio), y las que preceden a las ganas de orinar (presión en la vejiga) o defecar (movimientos intestinales).
- Establecer una rutina. Sentarle en el orinal o acompañarle al baño cada cierto tiempo para que se familiarice con este hábito.
- Vestirle con ropa que se pueda quitar con rapidez y facilidad. Sobre todo al principio, el niño no será capaz de retener mucho tiempo el pis o la caca, y se sentirá frustrado si se le escapa antes de conseguir bajarse los pantalones o los leotardos.
- Preguntarle de vez en cuando (sin resultar agobiantes) si tiene ganas de ir al baño. Muchos niños se concentran en el juego o en un programa de televisión hasta que ya no pueden aguantar más.
- No regañarle, amenazarle, castigarle, ridiculizarle, ni compararle con sus hermanos u otros niños que hayan conseguido controlar los esfínteres antes.
- Utilizar el refuerzo positivo, alabando sus éxitos y quitando importancia a sus fracasos. Para un niño pequeño el hecho de que sus padres se muestren satisfechos cuando usa el orinal o el inodoro puede ser un premio, aunque también se le puede recompensar con alguna actividad que le resulte placentera.
Muchos padres eligen la temporada de vacaciones de verano para quitar el pañal al niño. Es un buen momento porque los padres disponen de tiempo libre para enseñar al niño y limpiarle cada vez que se ensucie, y el buen tiempo también ayuda y se puede prescindir de parte de la ropa. Así, si el niño solo lleva un bañador, por ejemplo, le resultará muy fácil bajárselo cuando va al baño y, en caso de accidente, también es más cómodo para lavarle y cambiarle.
Pero cualquier momento es bueno si el niño está preparado y motivado para aprender.
Se pueden seguir entonces los siguientes pasos:
- Antes de quitar el pañal definitivamente, es conveniente sentarle en el orinal o en el inodoro unos minutos justo después de las comidas que es cuando más probabilidades hay de que el niño tenga ganas.
- Si el niño se niega a sentarse en el orinal o en el baño, hay que distraerle y conseguir que se lo tome como un juego, nunca obligarle, porque podría coger aversión y esto solo retrasaría el aprendizaje.
- Empezar retirando el pañal durante el día, ya que el control diurno se consigue antes.
- Cada dos horas, aproximadamente, ponerle en el orinal o en el baño, y permanecer con él explicándole que va a hacer pis. Si no lo hace, decirle que no pasa nada y que seguramente la próxima vez saldrá un chorro más grande.
- Cuando lo consiga, premiarle con algo que le guste.
- A medida que el niño vaya controlando, espaciar el tiempo en que se le sienta en el baño a cada dos horas y media y cada tres horas.
- Durante el proceso, habrá veces que se lo haga encima; en estos casos no hay que enfadarse, solo explicarle que la próxima vez tiene que avisar antes para poder llegar al baño a tiempo.
- En el momento que consiga el control diurno, ya se puede quitar el pañal nocturno definitivamente, aunque sin olvidar que es muy probable que en las primeras semanas moje la cama.
- Acostumbrar al niño a hacer pis siempre antes de acostarse.
- Es muy posible que los primeros días no sea capaz de aguantar toda la noche, por lo que se puede despertar al niño a media noche para llevarle al baño a hacer pis. Si ya está mojado, la siguiente noche habrá que levantarle un poco antes, y así ir probando.
- Hasta aproximadamente los dos años, los niños no tienen la sensación de presión o vejiga llena, por lo que esta se vacía sin que el niño haya tenido ocasión de percibir el estímulo.
- Por lo general el niño controla primero el esfínter anal, y después el de la vejiga.
- También alcanza el control diurno antes que el nocturno.
- Se empieza a considerar la posibilidad de que exista un problema de enuresis cuando no se ha conseguido el control de la micción diurna a los 5 años en el caso de las niñas, y a los 6 años en el de los niños.
- Aunque el niño ya sea capaz de controlar los esfínteres, pueden ocurrir “accidentes” ocasionales, y cualquier situación que le provoque estrés o ansiedad puede interferir sobre esta capacidad.
Para que el niño sea físicamente capaz de controlar sus esfínteres es preciso que su sistema nervioso y los órganos implicados en el mecanismo de la micción hayan alcanzado un cierto grado de madurez pero, ¿cómo pueden saber los padres que ha llegado el momento de quitarle los pañales? Existen ciertas señales que pueden dar pistas al respecto:
- El niño ya ha adquirido una serie de habilidades motoras, manuales y lingüísticas.
- Distingue entre pis y caca.
- Se siente incómodo y quiere quitarse el pañal en cuanto está sucio.
- Antes de hacer sus necesidades se le ve más inquieto (se mueve, se encoge, se lleva las manos al pubis...).
- Es capaz de imitar y seguir instrucciones sencillas como bajarse y subirse la ropa interior.
- A veces dice que va a hacer pis o caca antes de que ocurra (aunque posiblemente no avise con la suficiente antelación para que a los padres les dé tiempo a llevarle al baño o sentarle en el orinal).
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