La lactancia es vital para el crecimiento y previene enfermedades en los bebés.
La importancia de la lactancia materna alcanza niveles sorprendentes, ya que se trata de uno de los elementos más trascendentes para la vida humana no sólo en términos nutricionales, sino fundamentalmente por los componentes afectivos y vinculares que rodean al acto del amamantamiento.
“Recibir leche materna durante la primera hora de vida podrÃa prevenir una de cada cinco muertes innecesarias y salvar a más de medio millón de niños en el mundo cada año”. Asà lo expresó el director ejecutivo del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Unicef, Anthony Lake, en el marco de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, que se celebra por estos dÃas, e hizo un llamado, recordando que lactar es fundamental a la hora de reducir la mortalidad infantil y primordial para el buen desarrollo de los pequeños.
Datos del organismo internacional indican que cada año mueren en el mundo casi 7 millones de niños menores de 5 años por causas que pueden prevenirse, y más del 40 por ciento son recién nacidos.
Por ello, es importante recalcar las bondades que tiene la leche materna para el desarrollo del bebé.
Por otra parte, en la leche materna se encuentran también anticuerpos protectores contra gran cantidad de infecciones virales y bacterianas. Dado que el sistema inmunológico de los recién nacidos sólo alcanza su madurez plena hacia los seis meses de vida, la lactancia actúa como una modalidad de inmunización pasiva semejante a ciertas vacunas, confiriendo asà protección plena ante distintas enfermedades transmisibles.
“Por ejemplo, la leche materna es la única que contiene prebióticos. La de vaca no posee ninguno, por ello, algunas leches de fórmula especiales adicionan ciertos prebióticos, tratando de igualar sus caracterÃsticas. Hay que recordar que esta leche es tan perfecta que varÃa a lo largo del dÃa y mes a mes, ajustándose a las necesidades en cada etapa de vida del bebé, durante los primeros seis meses y hasta el primer año”.
Se destaca la relevancia de la lactancia como un vÃnculo afectivo mucho mayor que la puramente nutricional. En efecto, el contacto entre la madre y el niño que se vehiculiza durante el acto de mamar fortalece el lazo entre ambos, brinda particular confianza al niño y genera en la madre un incremento de su unión con el pequeño. Tanto en función de su importancia en la alimentación como en términos de su valor vinculante, se propone no interrumpir la lactancia, en lo posible, antes de los seis meses de vida, para lograr los resultados más apropiados para esta ancestral y prodigiosa forma de relación humana.
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